Adriana Rodríguez
¿Cuál fue la última vez que te palteaste en la calle?
Actualizado: 3 ene 2020
Creo que eso no me pasa desde mi adolescencia. Primero porque a esa edad todo te paltea y porque en la parte de Estados Unidos en la que vivo desde hace 15 años, casi no camino en la calle. Es un mundo diseñado para andar en carro de puerta a puerta.
Ahora recuerdo una anécdota que me pasó cuando tenía 13 o 14 años. Estaba yo caminando por mi barrio, altiva y oronda porque estrenaba nuevos zapatos, unos que una tía de California me había regalado. Eran esos de plataforma altísima, de corcho, que para mí eran como un regalo de Dios ya que siempre quería parecer más alta del metro cincuenta y tres que la naturaleza me había dado. Era la primera vez que me los ponía y con ellos salí a comprar a la tienda de la esquina. A la vuelta me dí con la sorpresa que un grupo de chicos del barrio se había parado justo en la esquina de mi casa. Eran como ocho, casi todos ente 8 y 10 años pero había uno que rozaba los 20. Yo me disponía a cruzar la calle y pasar frente a sus narices con toda la elegancia de una modelo en pasarela, dando a lucir esos zapatos que tal vez nadie más que yo en la ciudad tenía.
En esos pensamientos andaba cuando me dispongo a abordar la vereda y no calculé el alto de los nuevos zapatos. Al ser la suela de corcho, hubo como un rebote y me hizo perder totalmente el equilibrio y caer de bruces en la pasarela de cemento que los chicos habían creado para mí. La calle se quedó en silencio y se podía escuchar un alfiler caer al suelo. El muchacho de los 20, susurrando, dijo con mucha compasión pero con firmeza: “No se rían, no se rían.” Nadie lo hizo. Ni siquiera se movieron. El muchacho de los 20 siguió con las manos en los bolsillos, los más jóvenes mirándome fijamente. Al final, recogí mi dignidad, di tres pasos y entré a mi casa, cancelando para siempre mi carrera como modelo.
