Adriana Rodríguez
El sonido más encantador
Después de esperarla por muchas horas en la banca afuera de la facultad, Julio la vio salir cargando una ruma de libros. Valeria vestía sus leggings de caleidoscopio, coloridos y con pequeños diseños que hacían que Julio se perdiera en otra dimensión. Ella pasó por su lado y le dijo: “¡Hola!” Así, con un tono alegre. Él levantó la mirada pero sólo atinó a hacerle un gesto con las cejas e inmediatamente volvió a su celular donde empezaba una serie de Netflix. Otra oportunidad perdida, pensó. En ese momento, escuchó el estrépito de los libros cayendo al piso. Revelando una sonrisa, Julio se levantó y avanzó hacia la melodía que el destino tocaba para él.
